jueves, 17 de julio de 2008

Mudrá, el Yôga en las manos

Mudrá es una palabra sánscrita que designa los gestos hechos con las manos.

Es indudable que un simple gesto puede generarnos intensas emociones. Como ejemplo, pensemos en un puño cerrado: desencadena una sensación de fuerza, tanto para el que lo ejecuta como para el destinatario del mensaje no verbal. En el otro extremo del rango emocional, imaginemos a una persona con los brazos abiertos como invitando a un abrazo, que nos remite a pensar en cariño, alegría, amistad.

En el contexto del Yôga Antiguo, los mudrás tienen el poder de actuar como claves de acceso para alcanzar determinados sectores del inconsciente colectivo (que es un archivo de experiencias acumuladas por la humanidad). Además, entrenar los músculos y articulaciones de las manos colocando atención en el gesto nos permite expandir la conciencia en esta región del cuerpo.

Estos gestos pueden ser reflexológicos, simbólicos o magnéticos. En realidad, cada mudrá posee estas tres cualidades en conjunto, pero alguna predomina por sobre las otras. Teniendo en cuenta que el Yôga Antiguo es naturalista, no místico (es decir que otorga causas naturales a todos los fenómenos), el simbolismo de las posiciones hechas con las manos remite generalmente a la naturaleza, dándoles forma y nombres de animales (por ejemplo, shanka mudrá representa un caracol marino), del reino vegetal (padma mudrá simboliza la flor del loto) y hasta de fenómenos climáticos (váyu mudrá tiene movimiento, a semejanza del viento).

Decimos que un gesto es magnético cuando estimula circuitos de energía en el cuerpo y que es reflexológico cuando genera algún tipo de reflejo, sintonía o identificación. Así, los mudrás son para el SwáSthya Yôga herramientas indispensables para que el practicante alcance profundos niveles de conciencia.

Gracias:
Natalia Sanmartín Gil
Instructora del Método DeRose
http://www.uni-yoga.com.ar/
http://www.yogabuenosaires.com/

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