sábado, 21 de junio de 2008

Algunos cambios a efectuar para una sana alimentación

Señora, otra vez más empieza el invierno tan temido por eso del bronco espasmo, la bronquiolitis y todo lo que insufla los cataplines. Pero acá estoy yo, que no me olvido de Usted, mi fiel lectora, con unos consejos ultra sanos.

La Salud es un Don que poseemos y somos responsables de su manutención, se describen aquí algunos conceptos para optimizarla: Eliminar los alimentos enlatados y preparados, y aumentar el consumo de alimentos frescos, crudos y naturales, especialmente verdes.

En la Nutrición, todos los alimentos se transforman en carne, energía y calor, por lo tanto debemos utilizar aquellos que son adecuados para que el cuerpo pueda fabricar los mejores nutrientes. Se debe tener presente qué es lo que se introduce en nuestro organismo, por ello es importante cuidar la alimentación. Para desarrollar un buen cuerpo debemos equilibrar las proporciones y la variabilidad de los alimentos.

En lo posible, los alimentos deben ser enteros, no refinados o elaborados, ya que cuando al arroz le quitamos la cascarilla, estamos eliminando la vitamina "B" y el silicio (útiles al cerebro y al sistema nervioso). También el trigo integral es preferible al salvado. Tener presente que el trigo, en especial el elaborado (harina blanca) genera grasas, mientras que el trigo entero y el centeno desarrollan músculos.

Para un notable cambio se deben eliminar las frutas cítricas, el pan y los vegetales que posean más tallo que hojas, ya que los tallos generan digestión lenta, mientras que las hojas proveen minerales útiles al organismo.

Las frutas cítricas, aumentan la actividad de los ácidos en el cuerpo a una velocidad tal que el organismo no la puede controlar, generando además irritación del aparato digestivo. En el reuma y artritis, los cítricos aumentan el dolor. El problema radica en que los cítricos se cosechan 3 meses antes de su maduración, por lo tanto, lo que ingerimos es un fruto incompleto e inmaduro en su ciclo.

Con referencia al pan, el de trigo refinado genera grasas, por lo tanto debe darse preferencia al pan negro integral o a base de centeno, que por su contenido de silicio y otros minerales sin refinar, generan energía muscular.

Los vegetales donde predominen las hojas, contienen altas dosis de clorofila y nutrientes. El tallo retarda el ritmo digestivo y carece de oligoelementos útiles al cuerpo físico.

La clorofila, es un reconstituyente sanguíneo, evita y disminuye la anemia, ya que contiene altas dosis de hierro y potasio, el hierro fortifica y el potasio neutraliza la excesiva acidulación del organismo.

La Alimentación debe ser variada para que el organismo no se acostumbre a digerir sólo determinados alimentos, pues este accionar además de generar carencia de nutrientes, hace que el organismo fabrique menos jugos digestivos.

Si gustamos de los cítricos (jugos de naranja, pomelo y otros), no deben ingerirse sin agregarle agua, pues los ácidos cítricos atacan el esmalte de los dientes, además de acelerar la acidez orgánica. Al agregarle agua se debilita el potencial ácido y aumenta la alcalinidad.

NO es nada recomendable tomar leche luego del "destete" y comer quesos y lácteos: La leche materna es la mejor leche para el bebé..., y la de vaca para el ternero. Las razones por la que se recomendaba la leche no son válidas, y además la leche y los lácteos producen muchos daños: (sólo citaremos algunos de ellos)

La leche no es válida en su pretendido aporte de calcio. En Dinamarca, en USA y en Uruguay, países en los que se da el récord de consumo de lácteos, existe a la vez el récord de porcentaje de mujeres mayores de 50 años con osteoporosisCon respecto a los demás países vecinos, y Occidente en general, tiene mayor porcentaje de osteoporosis que en las zonas de la China o de la India, que no consumen lácteos...!

Está demostrado que la cáscara de huevo molida, en primer término, y la "leche" o "queso" de soja, el sésamo y el perejil, tienen porcentajes mayores de calcio y, además, biológicamente más asimilable.

El suministro de estrógenos en las mujeres, para supuestamente combatir la osteoporosis, impide la oxidación del "colesterol malo", no aumenta la libido y conlleva aumento de Prolactina, droga que en exceso disminuye la libido y, según investigaciones de la Universidad de Harvard, USA, provoca el 32% de cánceres de mama.

La leche de vaca forma oxalato de calcio, que impide la absorción del hierro. En Europa, el 50% de las mujeres mayores padece algún tipo de anemia. En USA el 75% de los niños. Para no sufrir anemia se deben comer semillas de sésamo, lino, lentejas, levadura de cerveza, pan integral, cebolla de verdeo y perejil. Suprimir bebidas azucaradas, café, té y chocolate. El chocolate y la anemia se aman.

Las proteínas de la leche de vaca (no importa que sea "descremada"), la caseína, la lactoalbúmina y la gammaglobulina vacuna, son causa reconocida de alergias y mucosidades nasales, bronquiales, sinusíticas, etc.

El ácido butírico de la leche de vaca destruye la vitamina F y aumenta por sobre lo fisiológico la permeabilidad intestinal, lo que permite el ingreso de proteínas extrañas que mantienen al sistema inmunológico en constante excitación, facilitando finalmente su agotamiento o disfunción (enfermedades autoinmunes y facilitación de alergias).

Este posible agotamiento del sistema inmunológico, adquiere especial importancia en todo bebedor de lácteos o comedor de quesos mayor de 40-50 año, si tenemos presente que la leche de vaca contiene un alto tenor con respecto a la materna, del factor de "crecimiento epitelial", siendo que la mayoría de los cánceres humanos son "epiteliales".

A nivel intestinal contribuyen al exceso proteico animal, que provoca exceso de putrefacciones, facilita infecciones y parasitosis por alteración de la flora y, además, es constipante. Las grasas normales de la leche vacuna son "saturadas", o sea de las que facilitan el aumento del "colesterol malo" y los triglicéridos. Las actuales (todas) "homogeneizadas" son en este sentido mucho más dañinas que las de la "nata" normal de la leche.

El único hidrato de carbono de la leche vacuna, la lactosa, se absorbe poco, produce gases, constipación y acidosis. Toda acidosis, para ser compensada, lleva a recurrir al calcio óseo, alcalino, por lo que favorece la osteoporosis. Los tres grandes "ladrones de calcio" son la leche, el chocolate y el té negro común.

La leche vacuna no aporta los anticuerpos propios de la leche humana. Por lo explicado, no queda lugar a duda sobre lo dañino que en realidad resulta dar a los niños en desayuno o merienda y la ingesta en general de lácteos y quesos. Algunos autores (Dr. Jorge Estéves: "Los lácteos y las cien enfermedades que provocan" - Publicación Holisticamente), opinan que la leche y los lácteos son aún más dañinos que las carnes rojas.

Las carnes vacunas y las aves de criadero (alimentadas con preparaciones industrializadas e inyectadas con hormonas), ofrecen también malas "novedades": Las carnes rojas en general y sus "fiambres y embutidos", aumentan la secreción de adrenalina. La adrenalina aumenta la agresividad, la hipertensión arterial, la acidez gástrica, la ansiedad, el stress y el insomnio. Al aumentar la ansiedad, mantiene la dependencia a las "adicciones", (sean socialmente aceptadas o no), por eso, por ejemplo, en los "adictos a la comida" es un viejo error el recomendarles para adelgazar el clásico "bife con ensalada".

Sobre el tema de la acidez gástrica debemos saber que los productos más empleados actualmente, del tipo ranitidina-cimetidina, y las proteínas de la leche-crema, tan recomendada a los gastríticos, se unen a los nitritos-nitratos empleados como conservadores en los alimentos industrializados, y producen nitrosaminas, que son cancerígenas... Así, en un "tratamiento" de la gastritis puede facilitarse su "malignización"!

Las carnes rojas, aún privadas de la grasa visible, aportan grasas ricas en "colesterol malo", ácido úrico y uratos (gota, artrosis, arterioesclerosis, cálculos renales, biliares...). Las carnes rojas (y hablamos en la Argentina, donde no existen los problemas de una alimentación artificial y una vida de encierro), son normalmente "tratadas" para obtener ese "buen color" que dura varios días, con baños en nitratos-nitritos que en el organismo se transforman en nitrosaminas, conocido cancerígeno.

Aumentan la producción de adrenalina y bajan la serotonina, neurotrasmisor que predispone a la menor presión arterial, el sueño placentero, y es antidepresiva. La serotonina disminuye también por lesión de las células hipotalámicas que la producen, por la ingesta de ansiolíticos-sedantes no naturales, del tipo de las benzodiazepinas, que son las más empleadas. Esto explica la verdadera "dependencia" que producen.

Los pollos de criadero, son alimentados con mezclas industrializadas, vacunados e inyectados con antibióticos, y con hormonas del tipo femenino para aumentar su peso. Toda esa mezcla no tiene consecuencias fisiológicas en quien los consume. Los "criados a campo" solo transmiten su "colesterol malo".

En el tema carnes, los únicos "animales salvajes" recomendables son los peces de aguas frías y profundas, no los de río, como el salmón, caballa, atún, pez espada, sardina y merluza, y los mariscos, aunque son muy ricos en ácido úrico-uratos. Estos animales tienen "colesterol bueno" y los aceites omega 3-4 que combaten el "colesterol malo". Son recomendables de 1 a 3 veces por semana, aunque sean envasados o frizados.

Los edulcorantes existentes en casi todos los alimentos "hipocalóricos" y tan empleados para adelgazar y para los diabéticos, no son nada buenos... Provocan mayor esfuerzo pancreático, mayor necesidad de insulina y, por lo mismo, mayor agotamiento del páncreas. El aspartamo, el más común actualmente, provoca menor producción de serotonina y mayor de fenilalanina (que existe en las carnes), y que favorece la formación de adrenalina. En cuanto a la sacarina, se ha determinado después de más de veinte años de estudio -¡vaya consuelo!- que no es cancerígena.

Señora, no me diga que después de estos sanos consejos, no va a dejarse de jorobar y cambia, de a poco, su forma de comer. Le recomiendo que se consiga un buen libro sobre cocina macrobiótica.

¡Bon apetit!