viernes, 11 de septiembre de 2009

Buen viaje Cus Cus!!!!!!

Con gran pesar, informamos a ustedes del deceso de la señora Cus Cus, ocurrido el domingo 6 de septiembre pasado luego de una repentina enfermedad.
Nuestras condolencias a su familia, y sobre todo a su marido el señor Chilli Palmer, padre de sus cuatro hijos.

viernes, 4 de septiembre de 2009

Cinocéfalos - Hombres con cabeza de perro


La historia del hombre-perro, que tiene muy variadas derivaciones en el imaginario popular, pudo empezar a forjarse durante los grandes fríos del último período glacial, cuando en medio de una naturaleza hostil, hombres y lobos coincidían en el espacio y codiciaban las mismas presas. Parece que domesticar al lobo fue una empresa sencilla, seguramente a ambos convino utilizar los recursos del otro.
De su cooperación surgió una larga historia común de amistad y respeto llena de asociaciones culturales y de trasposiciones quasi cromosómicas entre ambas especies. La personalidad del perro se incorporó al acervo cultural de la humanidad y quedó reflejada en los mitos y en el arte desde tiempos muy remotos, ocupando generalmente un rol protector y benéfico dotado de una carga afectiva importante.
Llegaron de todas partes. El mito de los hombres con cabeza de perro es uno de los más extendidos, su ámbito comprende casi todo Oriente, Europa, África septentrional y las zonas entorno al báltico, al Cáucaso y las tierras comprendidas entre el Mar Caspio y el Mar de Aral. Desde su origen remoto en los mitos y religiones de la antigüedad pasando por las crónicas de historiadores y los relatos de viajeros, llegó al imaginario medieval y renacentista una variopinta raza de criaturas monstruosas que siendo plenamente humanas tenían cabeza de perro, por lo que recibieron el nombre de cinocéfalos.
Quizás sea ésta la más humanizada de entre todas las razas portentosas y periféricas, pero no siempre en los aspectos más positivos. Las crónicas que conocemos aportan dos visiones distantes, casi opuestas, del cinocéfalo. Mientras unos hablan de la más humana de las razas monstruosas y lo presentan como un ser sociable y con cualidades innatas para el mercadeo, siendo el único de los pueblos monstruosos que comparte con nosotros el don de la palabra, otros explican a una criatura salvaje y brutal que se comunica con ladridos aterradores, lascivo y grosero, que se aparea como los perros y es capaz de escupir fuego por la boca.
Algunos ‘famosos’ con cabeza de perro
No todos los seres con cuerpo humano y cabeza de perro fueron propiamente integrantes del pueblo de los cinocéfalos. Algunos han sido dioses, como Upuaut con cabeza de chacal, y Anubis, representado con cuerpo humano y cabeza de perro. También uno de los cuatro hijos de Horus, que acompañaban a las almas de los muertos al juicio, era cinocéfalo.
Según la tradición, San Cristóbal, mártir del siglo tercero muy popular en la Edad Media, habría sido un cinocéfalo, pero él sí era miembro de una de las tribus cinocéfalas asiáticas que habitaban las tierras de los escitas. Otros aseguran que era un hombre normal y corriente hijo de un rey cannaneo y el nombre de este pueblo vendría su asimilación formal con el cinocéfalo.
Una leyenda común en el siglo XIII, daban por hecho que Atila, el rey de los hunos, era cinocéfalo. Con esta transformación biológica se ponían de manifiesto en la Edad Media los valores más negativos, irracionales y brutales de los pueblos que precedentes de Asia acosaban a Europa.
Algunas referencias y descripciones
Hesíodo (s. VIII a C.), en un fragmento de las Eeas, habla de las tierras de los Masagetas y de los orgullosos Hemikanes, mitad hombres y mitad perros. En otro fragmento de la misma obra escribe que "Nadie acusará a Hesiodo de ignorancia a pesar de que hable de los Hemicanes, los Macrocéfalos y los Pigmeos".

Tanto Ctesias de Cnido, en el siglo V a C., como Megástenes en el siglo III a C., escribieron sendas ‘Historia de la India’, y en ambas describen en parecidos términos a estos hombres con cabeza de perro que no tenían idioma y, aunque comprendían el idioma de la India, sólo se comunicaban con ladridos. Contaron que no tenían oficio, pero vendían a los indios el ámbar y purpura que extraían de las plantas a cambio de harina, telas y armas. Que vivían de la caza, eran hábiles con el arco y la jabalina, se alimentaban de carne cruda, cuidaban rebaños y bebían la leche de sus cabras, ovejas y burras. Habitaban en cuevas y se vestían con pieles curtidas. Su anatomía presentaba una cola bajo las nalgas como la de los perros; pero más larga y peluda. Era aquél un pueblo longevo cuyas gentes fácilmente alcanzaba los doscientos años, "de todos los hombres, eran los que más tiempo vivían" (Ctesias).
La obra de Plinio el Viejo abrió la puerta de la Edad Media a todas estas criaturas humanas portentosas. San Agustín, San Isidoro y otros autores hablan de los cinocéfalos y de otros pueblos monstruosos en términos que ya vimos en un capítulo anterior.

Marco Polo, en el s.XIII d C., cuando narra las maravillas de la India sitúa a los cinocéfalos en la Isla de Angaman. De ellos dice “en esta isla los hombres tienen cabeza y dientes de perro, y en su fisonomía parecen enormes mastines. Son muy crueles y antropófagos y se comen a cuantos hombres prenden que no sean de sus gentes”.
Jean de Mandeville en su ‘Libro de las maravillas’, en el s.XIV d C., habla de una tierra grande y hermosa llamada Nacamerán en la que “Sus habitantes, hombres y mujeres, tienen todos cabeza de perro y de ahí que se llamen cinocéfalos. Son gentes dotadas de razón e inteligencia salvo en una cosa: un buey es su dios y (…) llevan en la frente la imagen de un buey cincelado en oro y plata. Andan casi desnudos, su único traje es un pedazo de tela que va desde la cintura hasta las rodillas y les tapa el miembro secreto. Son altos, fuertes y valientes guerreros. Para luchar llevan colgado del cuello una adarga que les protege todo el cuerpo y en la mano, una lanza. Cuando derrotan a un enemigo en la batalla y lo apresan, al pronto se lo comen.” Mandeville pondera el sentido de la justicia y del orden de los cinocéfalos y su organización política en torno de un rey muy ecuánime que imparte justicia de acuerdo a sus leyes.
Hay un curioso mito que puede relacionarse con la del cinocéfalo. Es el del país de los perros. En este país las hembras son mujeres con figura plenamente humana y los machos son perros con figura absolutamente canina. Los hijos nacidos de sus uniones tendrían una u otra forma según fuera su sexo. Lo sorprendente de este mito es su gran difusión geográfica pues aparece entre los sahos de Eritrea, entre los mongoles, los chinos, los armenios y los tártaros casi en idénticos términos. Otro punto realmente original es que en sociedades netamente misóginas, se conceda la condición humana a las mujeres y la bestial a los individuos de sexo masculino.